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Okyo Galería nos ofrece la magnífica oportunidad de completar aspectos inéditos en la consecuente y prolífica tarea artística de Gloria Fiallo. En esta selección de obras, podemos constatar que además de su destreza en el arte, también influye su formación en arquitectura, ya que logra interesante síntesis de lo formal y lo espacial. Así mismo trabaja la conjunción entre abstracción y figuración. Se trata de composiciones logradas mediante superposición de planos utilizando telas seleccionadas en la oferta de la industria textil. A partir de su uso como soporte, interviene con su pincel las telas, seleccionando fragmentos en el revés o envés de las mismas. En cada pieza la artista demanda nuestra atención y concentración para leer los ̈signos encriptados en tan particular soporte.
La muestra se fundamenta en una selección de sus bocetos para el desarrollo de dípticos en gran formato, muchos de ellos expuestos en Dicotomía del Instante. (Museo de Bellas Artes, Caracas, abril-junio, 2016). Un boceto puede transformarse en un dibujo según el grado mayor de elaboración con el que reproduzca formas de la naturaleza, o se inspire en una obra de arte con la intención de facilitar el estudio de su composición y estructura.
Investigadores interesados en el análisis del arte producido por el género femenino, aclaran que la ideología patriarcal siempre ha privilegiado ciertas dimensiones de lo humano en función de ser asociadas a “lo masculino” o a “lo femenino”. A lo masculino se asocia lo racional, la lógica, la agresividad, la fuerza y la dureza de temperamento; es decir que el varón tendría el cerebro como órgano rector. Lo femenino, por su parte, se asocia a lo afectivo, lo sensible, los sentimientos, la delicadeza; es decir, el órgano sede de lo femenino sería el corazón. Lo realmente nuevo sobre éstos análisis es que hasta hace poco tiempo las mujeres artistas han empezado a entender el arte como un vehículo para expresar su propia problemática femenina, distinta de la de los varones.
Hallazgo que debe relacionarse, en términos generales, con la creciente conciencia que la sociedad en general -y las mujeres en particular- van adquiriendo de su específica situación. Como en otros espacios de la realidad social, esta situación de ambivalencia y conflicto encuentra expresión en la plástica; pero más que en la plástica en general, debemos decir que encuentra expresión en la plástica que es producida por mujeres. Las representaciones artísticas que toman la situación de la mujer como motivo de trabajo lo hacen desde un punto de vista crítico, cuestionador, utilizando símbolos, signos y, en general, contenidos innovadores; pero también innovan en el terreno de las formas pues su actitud crítica debe tener un “envase” apropiado.
En base a lo anterior podemos ensayar dos hipótesis: la primera; que es producto de la mentalidad de transición, puesto que el tema de lo femenino ya está presente en la práctica artística, pero está presente como expresión de una problemática personal y no social. En este planteamiento hipotético subyace la idea de que los niveles de conciencia avanzan hacia “lo social” como su punto culminante de maduración; y la segunda en que no se trata de una mentalidad de transición sino, más bien, de una característica específica de la plástica femenina. La introspección, la prioridad de los temas íntimos y personales serían una forma específica de la creatividad femenina que encuentra expresión también acá. Se dice “que encuentra expresión también acá” en la medida en que tanto en otros países como en otros espacios de creatividad artísticos (como la literatura, por ejemplo), se ha señalado reiteradamente en los últimos años, que ésta constituye una característica de los productos de la creatividad femenina.
Podemos concluir en este sentido que la proliferación de la creación plástica femenina constituye, por el hecho mismo de ser una práctica (un trabajo) que circula y se confronta fuera del hogar, una muestra de la “salida” de la mujer hacia lo público en nuestros días; por otro lado, que esa “salida hacia lo público” se hace sin desligarse temáticamente del ámbito tradicional de “lo doméstico” (que constituye el principal espacio en el que se recrea su reflexión) y “lo personal”. Por
lo tanto, no es tanto lo femenino lo que interesa a las artistas, sino esos espacios en los que se ha realizado tradicionalmente la feminidad.
Además de lo doméstico y lo personal, la ironía es un tercer elemento presente que debe tomarse en cuenta en este tipo de representaciones pues se utiliza para la comunicación del mensaje al público. La ironía ha constituido una forma de crítica enraizada en la cultura popular latinoamericana. El hacer burla de lo establecido evidencia facetas ocultas a la vista y desnuda la anormalidad de lo normal. Seguramente a la plástica no le interesa entrar a discutir lo que es normalmente aceptado, pero sí evidenciar que tal normalidad, no por aceptada, es valedera. El hecho de evidenciarlo posibilita empezar a pensar en la posibilidad de cambiar. Esto pone de relieve otro aspecto importante de remarcar: aunque las fuentes de inspiración de la obra plástica se encuentran en lo doméstico y lo personal, el mensaje que se envía al público busca establecer, en muchos casos, cuestionamientos que rebasan estos espacios, desbordándose en lo social. En la exposición Otro lugar de Gloria Fiallo, el título de cada obra transita por esa ruta tomando frases de algunos boleros, donde vemos como la ironización permite, por otra parte, mesurar el mensaje, sobre todo tratándose de cuestionamientos que tienen que ver con espacios de lo privado, lo íntimo y sus valores morales, frente a los cuales el público podría sentirse identificado, o por el contrario, agredido y rechazar el mensaje.
Zuleiva Vivas
Curadora
Mayo 2.016